En el aula de psicomotricidad, un grupo de niños pequeños espera con emoción y
un poco de nerviosismo.
Frente a ellos, un muro construido por el psicomotricista  con bloques de espuma de
colores se alza como un desafío.
Los pequeños se alinean frente al muro, cada uno mirando con curiosidad y
entusiasmo.
La tarea que tienen por delante es sencilla pero llena de significado: derribar el muro
con sus propios cuerpos, una actividad perfecta para explorar sus habilidades
físicas y su confianza.
¿Estáis listos? pregunta el psicomotricista, a lo que los niños responden con un
coro de ¡Sí!
Levantando su mano en el aire cuenta hacia atrás: Tres, dos, uno… ¡A jugar!.
Con un grito de alegría, los niños corren hacia el muro. Cada uno impacta con
firmeza, sus cuerpos pequeños pero decididos empujan los bloques de espuma.
El muro, diseñado para ser seguro y fácil de derribar, cae bajo la ola de pequeños
empujones, desmoronándose en una divertida explosión de colores.
Los bloques se esparcen por el suelo y los niños ríen emocionados por su logro.
¡Prepárate porque aquí en Reggio el cuerpo es todo y te van a dar Psicomotricidad
hasta en la sopa!
Hasta los profesores se han quedado sin aparcamiento para que este sea utilizado
como una tercera sala de Psicomotricidad
La psicomotricidad según la perspectiva de Bernard Aucouturier se centra en la
relación entre el cuerpo y la mente, buscando el desarrollo integral de la persona a
través del movimiento y la acción.
Hablamos de que en la acción del niño se articula toda su afectividad, deseos,
comunicación y conceptualización, se está destacando cómo cada movimiento y
actividad física de un niño no solo es una acción física en sí misma, sino también
una expresión completa de sus emociones, deseos, la forma en que se relaciona
con los demás y cómo comprende el mundo que le rodea.
La interconexión de estos elementos contribuye al desarrollo integral de la persona.
Al desarrollo de la autoestima y la confianza en sí mismo.
Existen hasta 3 salas en Reggio (si contamos un espacio interior reconvertido) para
hacer psicomotricidad en el cole porque es su esencia y porque no se deja de hacer
a los 6 años como en otros sitios.

En primaria sigue habiendo clase de Psico.
La psicomotricidad no sólo derriba muros físicos alrededor de los niños, sino
también las barreras emocionales y sociales que pueden limitar su crecimiento.
Pronto, aparecen juegos que proporcionan una seguridad profunda, permitiendo a
los niños explorar sus emociones y sensaciones sin restricciones.
Trepan por estructuras de juegos, saltan, ruedan y participan en actividades que
desafían su destreza y coordinación.
La lectura de cuentos y la actividad de pintura al final de cada sesión no solo sirven
como una transición relajante, sino que también ofrecen oportunidades para la
expresión emocional y la reflexión sobre las experiencias vividas durante la sesión.
Cuentos adaptados a sus intereses y miedos los ayudan a distanciarse de esos
mismos miedos y explorarlos de manera segura en un entorno controlado y
afirmarse a sí mismos, marcando una transición del placer de hacer al placer de
pensar.
La pintura, cuando se opta por esa opción al final de la sesión de Psico, permite a los participantes expresar creativamente sus experiencias y emociones después de una sesión de psicomotricidad.
Antes de elegir dónde van a pasar tus hijos la mayor parte de sus días, ven a comprobar cómo se sentirán allí dentro. Si todavía no lo has hecho, rellena el formulario para concertar una visita.